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Cómo sobrevivir a una cuna de oro

Cómo sobrevivir a una cuna de oro

Creo que todos leen el título y empieza un fuerte juicio mental, pero para eso está este espacio, uno donde se puede escribir lo que nadie se atrevería a decir, en especial los psicólogos.

No lo digo en tono de criticar a nadie, pero como psicóloga considero que mentalmente llegamos a juzgar a muchas personas por sus comportamientos porque nos sentimos como unos sabelotodo.

Creemos que tenemos la respuesta a todos los problemas; pero de los demás. Comenzamos a exteriorizar nuestras responsabilidades creyendo que el problema no está en nosotros, sino en nuestros procreadores u otras personas, oero bueno… entremos en materia.

Hablemos de este título. Para mí ha sido todo un reto ver los logros y éxitos de mi papá (qué por cierto no son directamente proporcionales a sus maestrías) son directamente proporcionales a su olfato callejero y  brillantez frente a los negocios. Mi mamá por otro lado, una gran mente jurídica junto a una fortaleza emocional para no descomponerse frente a nadie.

Lo más gracioso de todo es que leo esa última parte de cómo veo a mis papas y observo que los sigo idealizando como si tuviera 3 años y fueran mis super héroes. Aún así, después de 10 años de supuestamente conocer mis emociones, he aquí cuando soy enfática en que no soy perfecta ni producto terminado, me considero un proceso de la vida.

No soy perfecta pero he logrado conocer mi versión. Sí, así en seco, mi versión.. no la mejor ni la peor, simplemente la mía.

Realmente voy a decir algo que no debería decir: no necesitamos estima, necesitamos conocernos. Conocer lo que somos, bajo la situación que se presente  y sacarle el mejor provecho a las peores dificultades.

Pero bueno, estoy dando muchas vueltas a lo que verdaderamente vine a decirles y no creo que nadie esté preparado para escucharlo pero: TENERLO TODO RESULTA SIENDO NO TENER NADA. Voy hablar de mi experiencia y si alguien se siente identificado, bienvenido al club de los desadaptados disfuncionales.

He visto como la comodidad se convirtió en mi peor enemigo, la falta de frustraciones fomentó una persona emocionalmente débil, la carencia de obstáculos limitó mi creatividad, la abundancia fue malinterpretada convirtiéndola en sentimientos de inutilidad.

Qué chevere si sientes algo de esto porque dejame decirte que sea cual sea tu experiencia infantil,  lo que podemos ver es que SOMO LO MISMOS Y TIENES UNA RAZÓN PARA VIVIR. En el mundo no hay nadie mejor ni peor, tampoco motivos para sentirnos por encima o por debajo den otros pues, estamos hechos de emociones.

Tenerlo todo se puede convertir en una forma de tapar las emociones y lo que realmente tenemos en la cabeza, como sentimientos de ansiedad, depresión, desesperación, entre otros.

Ahora bien, no tenerlo todo, también puede generar esos sentimientos, pero no fue de lo que vine a hablarles, vine a hablar del proceso que he tenido que vivir y la cantidad de esfuerzos que tuve que hacer para priorizar mis pensamientos y sentimientos por encima de cualquier cosa.

Mi papá claramente no es fan que esté con mis pacientes escuchando sus emociones y ayudando a resolver sus problemas porque “donde está el retorno de esa inversión de tiempo’’, pero lo que si sé es que durante 10 años he tenido a una persona que me regaló sus oídos junto con su incondicionalidad pudiendo aprender que verbalizar lo que sentimos puede curar el alma y el cuerpo biológico, que con tan solo una persona en el mundo que se dedique a escucharte de corazón es más valioso que cualquier diamante pues, de nada sirve tener cuna de oro si no tenemos oídos, ojos, y corazón de oro para servir a los demás.

¿Cómo sobrevivir a una cuna de oro?

Volviendo a leer veo que no les respondí cómo sobrevivir a una cuna de oro y veo que la respuesta en mí apareció cuando tuve la fortuna billonaria de ayudar a alguien a trascender sus dolores emocionales, la respuesta nunca la tendrá algo fuera, siempre está dentro de nosotros, solo necesitamos otro ser humano que nos haga las preguntas correctas junto a una escucha correcta para llegar al fondo de esto.

Además si me vas a contar algún dolor o conflicto, estoy segura que ya pase por eso, o por lo menos me identifico con tu dolor. Te hablaré desde la experiencia de vivir conmigo pudiendo transformar mi mente en mi amiga y no enemiga… A veces.

Soy psicóloga, pero antes de eso soy humana.

Cita con psicóloga en Bogotá

Empoderar a mis pacientes es primordial en mis terapias. Todos somos humanos y estamos hechos de lo mismo. Agenda una cita soy un apoyo para ti, contarás conmigo porque estar presente en la vida de alguien es clave para encontrar respuestas a problemas que tal vez no le vemos salida. En cualquier momento puedes escribir en nuestro contacto para recibir más información.

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